martes, 20 de abril de 2010

ASTRONOMÍA, un bello libro de gran fromato.

Los dos extremos en el ámbito físico de la vida siempre me han cautivado. 
Por un lado toda la manifestación microscópica, un vasto mundo de seres diminutos, unicelulares, bacterias, hongos, virus... Y más allá el mundo de las moléculas y los elementos de la Tabla Periódica, con sus sistemas planetarios en miniatura, formados por nubes de electrones. Y aún más, las partículas subátomicas, invisibles, y sólo detectables por su rastro de energía. Y quién sabe si aún quedan más niveles. ¿Dónde acaba lo pequeño? ¿Cuál es el ladrillo indivisible de la materia?
Y si el descenso dimensional hasta lo pequeño produce cierto desasosiego, no veais el ascenso hacia los niveles superiores. Es el puro vértigo.
¿Que es el Universo? ¿Dónde acaba? ¿Qué hay más allá de la última Galaxia que se esta alejando de nosotros en el límite del Universo conocido?
Y los números son ya abrumadores. Nuestra Galaxia, la Vía Láctea, tiene una extensión de 100.000 años-luz. Tardariamos 100.000 años en atravesarla, viajando a la velocidad límite de la luz. Además alberga mas de CIEN MIL MILLONES DE SOLES (dificil ya de imaginar esta cantidad, ¿verdad?).
Y el Universo no se acaba ahí. Es inverosimilmente más grande. 
Hay millones de Galaxias, miles de millones. Las más lejanas a 10.000 millones de años-luz. 
Hay que agarrarse, porque sólo de pensarlo marea.
Precisamente el autor del libro arriba presentado en portada, Rafael Bachiller, cita otra frase que se atraganta:
"los astrónomos calculan que hay mas estrellas en el Universo que granos de arena en todas las playas y desiertos de la Tierra". Apaga y vámonos.
¿Qué somos tu y yo en esta inmensidad?
¿Cómo podemos pensar que la Vida es exclusiva de este pequeño planeta azul, que orbita alrededor de una estrella más bien pequeña, en un rincón de una Galaxia mas?
La máquina de pensar se bloquea. La Creación es fascinante. ¿Cómo no puede haber un orden intrínseco subyacente en todo este entramado cósmico?
Y no es fantasía, porque lo más fantástico seria que todo hubiese ocurrido por casualidad.
      

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