viernes, 21 de enero de 2011

El Poder del Esfuerzo



Unas líneas para detenernos un poco, pensar de manera fresca y aireada, para comenzar el fin de semana con buen sabor de boca:

Hace tiempo, los padres de los niños de un colegio decidieron crear una especie de campeonato para que todos sus hijos participasen en diversas pruebas, se divirtieran y aprendieran valor de la sana competencia.

Había pruebas de todo tipo: Carreras, saltos, natación.... Se lo pasaron de lo lindo.

Pero había una determinada prueba que los adultos no habían calibrado adecuadamente y resultaba tremendamente complicada para unos niños de la edad de aquellos. De manera que, pese a que la prueba se mantuvo, para que todos los críos pudieran divertirse, todos sabían que ninguno de los niños la podría alcanzar.

Se trataba de hacer una pequeña carrera de obstáculos, y luego ascender por una infraestructura de metal que estaba situada a bastante altura.

El caso es que al final de la jornada, sólo quedaban 4 ó 5 niños con ganas y energías para acometer la última prueba del día.

Los chicos se lanzaron a la carrera y todos pasaron los obstáculos que había que superar antes de llegar al ascenso de la estructura. A partir de ahí, muchos padres comenzaron a lanzar mensajes a sus hijos del tipo "Bueno, tranquilo, ya está bien, esa parte es muy difícil, déjalo, no pasa nada por no hacerlo"... Pero todos los niños persistieron.

Los mensajes de los adultos que miraban a los críos afanarse por alcanzar la cima de la estructura de metal continuaron:

"Qué lástima, con las ganas que le están poniendo y que no se den cuenta de que no pueden lograrlo..."

"Son muy pequeños para eso, es imposible".

El caso es que 3 de los 5 críos, escuchando los mensajes desmoralizantes de sus padres, pronto se cansaron, les entró miedo y desistieron de su empeño.

Otros dos seguían, no obstante, tratando de ascender con mucho trabajo y agotamiento.

"Qué pena, de verdad... ¿No ven que es imposible?, ni nosotros podríamos subir por esa estructura", seguían comentando a pie de suelo los adultos.

Fruto de dichos comentarios persistentes, otro chico terminó por rendirse, ser cabal y bajar sin alcanzar la meta.

Sólo uno de los críos continuaba y continuaba. Iba muy despacio, pero no miraba hacia abajo... Sólo subía y subía.

Los adultos, reforzados por el hecho de que la mayoría de los niños, al bajarse y desistir, les habían dado la razón en sus planteamientos, siguieron con su idea:

"Que no se puede... Te va a dar algo, chico... Baja, ¿no ves que es imposible?."

Pero el niño seguía subiendo y subiendo, a su ritmo, trabajosamente pero sin detener su ascenso.

Al final logró tocar la cima y bajar tranquilamente, con mucho cuidado, pero orgulloso de haber logrado ascender toda la estructura.

Cuando llegó al suelo, su padre lo abrazó. Era el único padre que no había hecho comentario alguno durante toda la prueba.

El resto de padres le preguntó cómo era que su hijo no había atendido la opinión de los adultos y, sobre todo, por qué él como adulto responsable, no le había pedido que bajara, ni recomendado que desistiera.

El padre contestó que no servía de nada: SU HIJO ERA SORDO.

Moraleja de la historia: HAZTE EL SORDO ANTE TODO EL ALUVIÓN DE COMENTARIOS QUE PUEDAS ENCONTRARTE EN TUS ASCENSOS A LAS CIMAS DE TU VIDA.

NO ESCUCHES A QUIENES TE TRATEN DE DESMOTIVAR O DESMORALIZAR.

SI TIENES UNA IDEA U OBJETIVO SANO, VÉ A POR ÉL, ASÍ SE CAIGA EL MUNDO.


Saludos a todos y pasad un gran fin de semana.

Este post lo he tomado del siguiente blog:
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BLOG: representanteliterario.wordpress.com