jueves, 13 de mayo de 2010

Todos nacemos para brillar



Uno de los torpedos que frecuentemente abre vías de agua en nuestra auto estima es la creencia de que  "NO SOMOS MERECEDORES".
Junto al "NO SOY CAPAZ", nos cortan el camino a toda evolución personal.
¿Quién los puso en nuestra mente?
¿Por que les hacemos caso como si fuesen dogma de fé?
¿Por qué nos gusta flagelarnos?
Sólo estas dos creencias tan arraigadas, llenan las salas de espera de la mayoria de psicólogos y terapeutas.
Y el resultado de los tratamientos es siempre incierto.
Quizás la pregunta básica que deberíamos hacernos, más allá de su origen y su poder sobre nosotros es:
¿Por qué los alimentamos?
Porque somos nosotros quienes les damos cobijo y alimento.
¿Qué beneficio obtenemos a cambio?
Una posible explicación, como se expone en este corto video, es porque tenemos miedo al éxito, tenemos miedo a brillar.
Parece mentira, pero hay por el mundo más miedo al éxito que miedo al fracaso.
¿Por qué será?
En la respuesta, puede (solamente puede) estar el inicio de la solución.

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