miércoles, 12 de diciembre de 2012

Atreverse a dar el Salto


Desde la rabia, el enojo, el odio, la confrontación, no voy a conseguir nada; por lo menos nada positivo.
Debo sanar mis emociones. Soltarme y confiar.
Amar y confiar.
Saltar y confiar que el paracaídas se abrirá.
Ser consciente del Poder en mi... y confiar.
Somos más, mucho más, que biología y reacciones automáticas.
Tenemos el poder de corto circuitar la conexión entre pensamiento y respuesta emocional negativa. Y cambiarlo.
Puedo cambiar mi estado cambiando mis pensamientos.
No importa para nada lo que me hagan; o lo que crea que me hacen. Importa mi posicionamiento aquí y ahora.
Importa cada instante.
Importa romper los automatismos.
Importa tener consciencia.
Importa crear y no reaccionar.
Agradezco esta comprensión.
Pasar de víctima a creador. El papel de víctima debe acabar. Ya ni en broma, ni como juego.
Mi ámbito se queda pequeño. Mi prisión me la he creado yo. Mi libertad puede ser dolorosa, pero es absolutamente imprescindible.
Paso de centrarme en el detalle. El campo es mucho más inmenso.
El detalle es escasez y miserabilidad.
La trascendencia es inherente al cambio. Y no un simple cambio por revancha, porque eso también es escasez.
Me noto sonriendo, tremendo indicador de fuerza interior.
Derribo mis barreras y percibo la ausencia de límites.
En el NO-MIEDO reside la Libertad.
Hay un océano de Amor que no se ocupa ni se preocupa del detalle.
Hay un océano inmenso.
Gracias a mis maestros podré alcanzar mayores estados de Luz. No están en el Cielo, ni en un altar, ni platicando como gurús.
Mis maestros están a mi lado, en mi vida.
Se disfrazan de amigos o de enemigos, eso no tiene importancia. Me permiten limpiar la suciedad y son el motor que me hace avanzar.
La Vida no es justa o injusta. La Vida es una posibilidad que encierra millones de posibilidades.
No hay confusión cuando se conoce el Camino. Y si no se conoce, da lo mismo, se avanza, se salta.
El poder está dentro de mi. Es mi amigo.
El paracaídas siempre se abre...


Gracias.

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