viernes, 19 de febrero de 2010

Respira, respira...

Respira, respira...
Sé consciente de la respiración.
Algo tan próximo, tan cotidiano y sin embargo tantas veces olvidado.
Respirar nos conecta a la Vida. Es el acto vital por antonomasia. Todo lo demás se le subordina.
Podemos ayunar un buen puñado de días; estar sin beber unos pocos, pero respirar, estar sin respirar, solo podemos permitirnoslo escasos minutos.
Nuestro metabolismo es esclavo del oxígeno. Totalmente.
Toda la vida en este planeta esta basada en la respiración, de una forma o de otra, incluidas las plantas.
Y es un acto al que prestamos muy poca atención.
Personalmente solo cuando he hecho yoga, o como ahora Rebirthing, me fijo lo suficiente.
También cuando se hace algún esfuerzo, como subir una montaña, y el aliento se acelera.
Respirar pausada y profundamente es un placer.
Cuando se conecta con un ritmo amplio y fluido, el aire penetra con una suavidad sensual.
Estamos habitualmente tan ocupados en otros menesteres que reclaman nuestra atención, que no nos fijamos en la respiración.
Allí donde se pone la atención se poner la energía. Y la atención está, por lo general, en mil y un sitios, externos (cine, personas, trabajos, televisión, distracciones, etc) o internos (pensamientos fluctuantes, resolución de problemas, recuerdos, ensoñaciones, ...).
Ser más consciente de la respiración da, sin duda, poder.
¿Qué tipo de poder?
Muy variado. Mayor concentración, sin duda. Mayor auto conciencia. Seguramente más salud. Más energía. Poder estar más despierto y más lúcido.
El cuerpo está más vivo tras unas respiraciones profundas.
Es parecido al ejercicio físico.
Da pereza hacerlo, pero después el cuerpo se siente mejor. De hecho el ejercicio físico va asociado a un aumento en la amplitud y frecuencia respiratoria. Por tanto, la respiración vuelve a ser la clave.
Correr, nadar, pasear rápido, levantar pesas, todo requiere mayor aporte de oxígeno. El cuerpo automáticamente lo regula a la necesidad.
Posiblemente el ejercicio vivifica porque promueve la oxigenación de los tejidos.
La vida sin ejercicio y sin respiración consciente es degradante para el cuerpo. Se engorda, se pierde el tono, posiblemente se retrocede en capacidades cognitivas.
Es fácil verlo y fácil ponerle remedio.
Respirar, ser conscientes de nuestro alimento vital.
Esta en nuestra mano.
Para vivir un poco más plenamente.

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